viernes, 2 de abril de 2010
Roma, 1637. Il Secondo Libro di Toccate
En 1637, después de haber pasado algún tiempo en Venecia, donde publicó la colección organística Fiori Musicali, Frescobaldi acabó el tan trabajado Secondo Libro di Toccate. Lo había comenzado diez años antes, al amparo del enorme éxito obtenido con el Primo Libro (1615-1639). Y tal como le había sucedido con el Primo Libro, comenzó la obra con doce tocatas, a las que con el paso de los años agregaría un corpus no menor de piezas de carácter muy variado. En el nombre completo del Secondo Libro se expresan sin ambages las pretensiones universalistas y enciclopédicas de la colección: Il Secondo Libro di Toccate, canzone, versi d'hinni, magnificat, gagliarde, correnti et altre partite d'intavolatura di cembalo e organo. Es decir, Frescobaldi iba más lejos en la cantidad de géneros abordados. Se alejaba del carácter exclusivamente secular del primer libro para dejar algún sitio a piezas dedicadas expresamente a la liturgia, tal es el caso de los magnificat en diversos tonos y de los himnos, que alternan secuencias de canto llano (gregoriano) con pasajes de órgano.
Pero en la variedad de géneros y en la preponderancia indiscutible de las doce tocatas, el complemento religioso se diluye. Y el libro avanza más allá de las propuestas ya de por sí radicales del primero. Este par de libros son seguramente las dos primeras colecciones importantes de música para tecla no polifónica de Occidente y contienen una serie de características musicales que, aun siendo los primeros ejemplares de un género vasto y poco acomodado a reglas seguras de composición, desde su primera presentación aparecen ya maduradas. Frescobaldi consigue algo que lo aleja por completo de aquella composición canónica renacentista tan dada a las formas regulares y mensurables: dar una escritura particular a un estilo completamente diferente, el estilo improvisatorio.
El estilo musical derivado del modo de tocar de los primeros virtuosos italianos --que codifica y amplía Frescobaldi en sus libri-- era el perfecto opuesto al estilo sereno e impersonal de los tecladistas del siglo XVI (Cabezón, Byrd). En Frescobaldi todo es imprevisibilidad, irregularidad, vehemencia repentina; la música es vestigio y acompañante del devenir sentimental, que no conoce arreglos sino surgimientos instantáneos. Las secciones de las tocatas no se ven venir anticipadamente, son lapsos en los que el virtuoso se abandona al humor del momento: en un momento insiste, casi pareciendo buscar el apaciguamento de sus furores, en tocar motivos calmos y tendientes al silencio; llega el silencio, y sin aviso, un pasaje tormentoso y desequilibrado se exacerba tanto en sus ímpetus que acaba casi colapsando el desarrollo de la tocata. Este ir y venir de humores (affetti) es trasladado por Frescobaldi a una escritura musical inquieta pero mucho más precisa que lo que se creería en una primera instancia. Así Frescobaldi en su Secondo Libro nos da la primera notación adecuada para la improvisación sobre pasajes anotados con el mayor grado de detalle. En el prefacio a dicha colección nos deja nueve reglas de interpretación que buscan dar a las tocatas el carácter de raptos del intérprete por el furor musical del momento. A continuación y sólo por ilustrar el carácter de estas reglas, transcribo las dos primeras:
1. "(...) no debe este modo de tocar estar sujeto al compás (...)"
2. "En las tocatas he tenido en consideración no sólo que sean copiosas de pasajes diversos y de afectos, sino que también se pueda cada uno de esos pasajes tocar separado uno del otro, a fin de que el instrumentista, sin obligación de finalizarlas todas, pueda terminarlas donde más le guste"
El Secondo Libro profundiza el carácter improvisatorio que ya mostraba muy a las claras el primero. La cantidad de secciones de cada tocata se hace mayor y los contrastes de carácter entre las secciones se hace más ostensible; los silencios y las suspensiones tajantes hacen más tensos los pasajes entre secciones. Y tanto como esta escritura de la improvisación se detalla y se vuelve más acabada, la escritura para los diferentes tipos de teclado se hace más específica. En el Secondo Libro encontramos cuatro tocatas destinadas inequívocamente al órgano: dos de ellas tocatas para la elevación, para tocarse al momento de la elevación de la hostia durante la liturgia, sembradas de cadencias no resueltas y suspensiones, y dos para tocarse sobre las notas del pedal del órgano en volumen pleno, como cimiento para las voces superiores. Estas tocatas específicas del órgano son una buena muestra de los comienzos de una escritura que tiene en cuenta las peculiaridades fónicas de este instrumento: la profundidad de sus graves y la complejidad armónica de sus acordes.
Como buen instrumentista del Seicento, Frescobaldi no olvida las deudas de su forma de pensar la música con aquélla de los madrigalistas del siglo XVI; en lugar de con una Toccata duodecima, finaliza su grupo de doce tocatas con el Ancidetemi pur d'Archadelt passeggiato, en el que realiza un passeggiato (término italiano equivalente a la 'glosa' española, en la que se hacían variaciones sobre una composición preexistente) sobre un madrigal del músico franco-flamenco Jacques Arcadelt.
Ancidetemi pur d'Archadelt passeggiato
Toccata Quarta (per l'organo da sonarsi alla levatione)
Toccata Prima
Toccata Settima
Toccata Quinta (per l'organo, sopra i pedali, e senza)
Toccata Nona (non senza fatiga si giunge al fine / no sin fatiga se llega al final)
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